El (Los) sur : campos de lo imaginario. Mi Norte es el Sur
Le(s) Sud(s) : champs de l'imaginaire. Le Sud c'est notre Nord
Mabel Franzone, Alejandro Ruidrejo (dir.)
M@gm@ vol.8 n.3 Settembre-Dicembre 2010
EL (LOS) SUR BUSCANDO
AL SUR.
UNA CONSTRUCCION ENTRE ESTEREOTIPOS Y REALIDAD
Traduction : Marilyne Renard
Mabel Franzone
mabel.franzone@gmail.com
Chercheuse Ministère de la Culture
de Salta- Argentine- Membre du Conseil Assesseur du Ministère
d’Education de Salta-Argentine. Membre de l’Institut d’Etudes
Philosophiques de Salta (CEFISA). Doctorat de Lettres- La
Sorbonne Nouvelle-Paris III- Doctorante en Sociologie sous
la direction de Michel Maffesoli. La Sorbonne- Paris V. Membre
du CEAQ (Paris V)- Membre du CRICCAL (Paris III). Chercheuse
indépendante.
Alejandro Ruidrejo
aruidrejo@yahoo.com.ar
Magíster en Filosofía Contemporánea,
Especialista en Etica y Licenciado en Filosofía, por la U.N.Sa.
Co-Director del Departamento de Posgrado de la Facultad de
Humanidades de la U.N.Sa. Docente en múltiples cursos de posgrado
sobre filosofía contemporánea. Obtuvo las “Beca de Investigación”
y “Beca de Perfeccionamiento en Investigación” otorgadas por
la Universidad Nacional de Salta. Co-Director de la Maestría
en Derechos Humanos de la U.N.Sa. Actualmente Profesor Adjunto
Regular de las cátedras Gnoseología, y Perspectivas Sociofilosóficas
Contemporáneas y Director de la Escuela de Filosofía de la
U.N.Sa. Director del Proyecto de investigación del CIUNSa
Nº 1806 “Foucault: las artes de gobierno y la Reducción Jesuíticas”.
Miembro del Centro de Estudios en Filosofía de la Cultura,
de la Universidad Nacional del Comahue.
Todas las lecturas
que podamos hacer del Sur, de sus propias representaciones,
de aquellas vehiculizadas por el Norte, de sus creaciones,
de sus reacciones, de su búsqueda constante de identidad,
son lecturas de múltiples situaciones, que llaman a cruces
insoslayables entre pueblos, entre distintas etnias, entre
disciplinas, entre sentimientos que van desde el rechazo hasta
la atracción casi magnética entre los dos hemisferios. Nuestra
intención primera era la de reunir de manera aproximativa
las problemáticas actuales de los Sur, ligadas a lo imaginario.
Incluimos en la perspectiva Imaginaria una manera de ver la
realidad que sobrepasa los canones instaurados por la Modernidad
; una trama que une diferentes disciplinas (Gilbert Durand)
; la articulación entre las estructuras sociales y sus representaciones
; la dinámica constante entre lo imaginario colectivo y lo
imaginario individual, en fin la creatividad permanente del
ser humano que une y reúne los objetos de percepción, desplegados
en imágenes, en un espacio dado, espacio que es categoría
superlativa de pertenencia y ya no una simple localización.
Justamente esta « pertenencia » nos permite navegar entre
el estereotipo y la realidad ; entre la visión del sur prestada
por el Norte y nuestra propia visión. El Norte de la modernidad
expandió hacia el Sur estereotipos de pereza, de países donde
se duermen largas siestas, de poco científicos, de inferiores
por falta de desarrollo y de pensamiento, de orígenes étnicos
diferentes por lo tanto menos inteligentes, de sociedades
incapaces de organizarse, en fin, un abanico de etiquetas
que justificaban el dominio o la esclavitud. Sin duda acompañadas
de ciertas « visiones » de exotismo, de continentes « mágicos
», míticos, donde brilla el sol, llenos de colores y de recursos,
donde se podía venir a intentar un nuevo destino de riqueza.
Lo segundo es consecuencia de lo primero, ya que sólo se pone
en relieve el estado de Naturaleza, dada la poca confiabilidad
de sus habitantes. Las visiones del « otro » ya idealizadas,
ya degradantes, funcionaban tanto para los indígenas o mestizos
de América Latina, como para la raza negra africana o para
los árabes y asiáticos.
Al mismo tiempo en cada región y en cada país hay un sur,
compuesto por los seres de condición más vulnerable. Actualmente
se ven renacer con fuerza los viejos estereotipos, con los
que se etiqueta otra vez la masa empobrecida y ésto por parte
de sus propios hermanos del norte « local ». Cuál es la respuesta
de los Sur ? Sobre todo en estos momentos en que la globalización
desenfrenada hace estragos ? Nuestro interés estaba dirigido
a recoger respuestas, a tratar de desentrañar el estado de
los « discursos desde la marginación y la barbarie », expresión
acertada del título de un libro del pensador mexicano Leopoldo
Zea.
Así es que nuestra segunda intención era la de constatar en
qué medida la hiperglobalización- arrastrando a los países
del sur- ha producido quiebres en lo imaginario, en la concepción
de nosotros mismos, en las imágenes de nuestro sur. Por lo
mismo, se trata también de tomar conciencia de las respuestas
que van surgiendo, como movimientos sociales, teorías críticas,
desplazamientos poblacionales, nuevas creaciones literarias,
que estarán marcadas por los límites en constante construcción
entre Norte y Sur, por los muros que se levantan y que son
simbólicos, conceptuales, ideológicos y etno-económicos. La
problemática señalada en la reunión de aportes del continente
africano y del latino-americano, con algunas colaboraciones
europeas, nos permite hacer una serie de cruces y convergencias
que giran siempre alrededor del eje de la búsqueda de identidad.
1. Búsqueda constante de identidad
Del otro lado del Norte, del otro lado del espejo, se encuentran
los pueblos que han sido objeto de la colonización y que para
sobrevivir han debido muchas veces « barbarizar », adaptar
los discursos del « civilizador ». Para nosotros, la identidad
es el punto vital de nuestra existencia. Así como la Grecia
de la Antigüedad se interrogaba sobre el problema del ser
en tanto que ser, igualmente América Latina del XIX y del
XX, Asia y Africa, del XX, se interrogan sobre su propia identidad,
sobre la posibilidad de existencia de otra filosofía, de otra
ciencia, de literaturas o culturas propias. La identidad ha
sido el tema que generó y genera discursos críticos y filosóficos
y es eje de creaciones literarias. Asia tomó conciencia de
la necesidad de encarnar sus tradiciones, reconociendo la
asimilación de una civilización impuesta, con buena disposición
para integrar las otras culturas de la región y del mundo.
Esta voluntad de integración ha surgido de manera natural
en los tres continentes, sin embargo el proceso identitario
está abalizado de etapas dolorosas, de idas y venidas, procesos
marcados por los estereotipos y la lucha por salirse de ellos.
Así lo plasma Ludovic Obiang en su contribución a este número,
donde analiza los movimientos de la novela africana y la visión
del « negro » : « Le parti de la subversion : innovation ou
stéreotype ». Adelanta el término de « Migritude », como nueva
tendencia literaria nacida de la escritura « black » en Paris
; designaría las culturas de la violencia, que dejan ver la
dislocación « de la conciencia y de las cosas » y que aparece
como un cruce casi obligado con la búsqueda de identidad.
Estructura de violencia que analiza Vanderlan Silva en su
artículo « La place de la violence dans l’Amérique du Sud
: le Brésil », donde propone una lectura del rol de la violencia
en los procesos de construcción de las relaciones sociales
a través del análisis de la sociedad brasileña y de la formación
de su imaginario desde la llegada de los portugueses, marcado
por visiones a la vez de armonía y de disonancia. Dicha violencia,
presente en la vida cotidiana, puede ser tomada como un patrimonio
colectivo que diferentes grupos sociales usan de distinta
manera, pero también como una reacción a la violencia misma
del sistema. De éstos dos autores desprendemos una estructura
de violencia como consecuencia del largo proceso de búsqueda
de identidad, violencia palpable a nivel individual, dentro
de lo imaginario literario, tal lo hace notar Aya Sakkal-Espère
en « Vers le nord coule le Nil... », análisis de una novela
de un gran autor soudanés, con un personaje identificado en
el doble hombre-río, quien ejerce la violencia hacia sí mismo,
cuando la migración le impone otro espacio donde deberá «
cumplir » con los estereotipos que le fija su condición de
africano o cuando al final de su vida, descarnado, pone en
cuestión su migración y su propia vida. Andrea Elías, desde
el lado del arte, muestra el trabajo fotográfico del paisaje
como un discurso crítico a la identidad hegemónica impuesta
por el norte, planteando una multiidentidad, y a la vez una
nueva sensibilidad desligada de la matriz unitaria.
2. Los polos se atraen
Los del Norte quieren venir al Sur y los sureños buscamos
sin pausa el Norte. Necesidad de buscar otros horizontes,
de nutrir lo imaginario, lugar privilegiado de la pulsión
de errancia, espacio del viaje entre el deseo y la nostalgia.
Pareciera que estuviera inscrita en el alma del hombre la
necesidad de pensar en un « otro lado » como lugar, como idea
–refugio. Sin duda es la polaridad propia a la representación
en la psiquis humana, que funciona con « puntos cardinales
», diferentes, contrarios ; el hombre posee un alma « atigrada
» (Gilbert Durand) y en ella la homogeneidad del polo se escapa
hacia la heterogeneidad del campo. La fecunda noción de polaridad,
sumada a los deseos de « otro lugar » nos permite insinuar
que el hombre mismo intenta unir los límites en términos de
poética y de esperanza, con la voluntad de aprehender un continuum
geográfico que a su vez, autoriza la reversibilidad del viaje
y permite idas y venidas en un periplo, imaginario o no. Esta
« atracción magnética » es notada en este número por Aya Sakkal-
Espère (op. cit) ; también por Hervé Bonnet en su artículo
« L’empire du Sud : la mondiaterranée ou la méditerranéisation
du monde ». Analiza el Mediterráneo desde sus orígenes y a
través de sus resonancias o sus frecuencias, es decir a través
de su « espectro ». Este, decuplicándose miles de veces en
el mundo entero, reposiciona el lugar privilegiado del cual
es el aura, dándole el emplazamiento de ombligo, de centro,
de matriz de donde se han nutrido y se alimentan todavía las
culturas y los hombres para quienes los grandes nombres de
la filosofía tienen sentido. Así pues la « méditerranéisation
» sería una fagocitación del Mundo por el Sur, operada a través
del Mediterráneo. Este, más allá de un área geográfica es
el lugar de interpenetraciones culturales, étnicas, de proximidad
casi amorosa de lenguas ; se presenta como un « oriente »
en la historia y en el Ser, como fuente de posibilidades del
Futuro de la humanidad. Encontramos el esplendor de este «
imaginario del Mediterráneo » en las páginas de Orazio Maria
Valastro, « Le désir dionysiaque de l’imaginaire méditerranéen
», quien dibuja una convergencia entre la geografía sagrada,
la reunión de fuerzas de los elementos Fuego y Aire, más el
conocimiento iniciático de las regiones más profundas. El
todo se concreta en el Etna, volcán y montaña, mito director
que alimentó las más hermosas mitologías colectivas, transmitidas
al individuo y que trabajan su ser profundo, como aquel trabajo
que personifica la figura del herrero divino. El Etna desciende
de las alturas para arraigarse en los hombres ; la montaña
es vivida tanto del exterior como del interior y esa vivencia
tendrá un poder regenerador y ordenador de fuerzas dinámicas.
La forma físico-poética del Etna se convierte en poética del
yo, porque es la forma que los hombres manifiestan cuando
hablan de ellos mismos, cuando se trata de describir sus propias
experiencias. La fuerza del Mediterráneo es comparable a la
de un imán, fuerza que atrae, fuerza umbilical.
En la misma línea, Jawad Mejjad, en su escrito « L’imaginal
et la dimension apophatique de la Modernité » estudia las
prolongaciones en las ciencias europeas modernas de la noción
de Imaginal de Henry Corbin, noción que debemos al Sur, pues
allí tiene sus orígenes. El autor muestra la manifestación
del concepto- que caracteriza un mundo intermediario, entre
luz y tinieblas- en la laicidad, la economía, la ciencia o
el psicoanálisis. El Norte se presenta así impuro, « contaminado
» con los valores del Sur.
3. Rupturas del continuum de la geografía
Las rupturas geográficas se muestran como telón de fondo en
varias colaboraciones. Es indudable que la hiperglobalización
trajo el cambio violento del espacio sureño. Alfredo Alberdi
Vallejo en « El lenguaje simbólico de los dioses quechuas.
El Señor « Akuchimay » en el imaginario popular huamanguino
» cuenta que residiendo en Europa, viaja dos veces a su tierra,
en donde comprobará de qué manera el espacio no es el mismo,
sino algo irreconocible, deteriorado, como si hubiera perdido
su dimensión sagrada. Sin embargo alguna vez fue el verdadero
reflejo- espejo del Cielo, con sus altas montañas, que hacían
de nexo entre la Tierra y las divinas alturas celestes. No
sin pena terminará diciendo que sólo tiene para luchar contra
el positivismo peruano actual, un álbum de fotos, lleno de
testimonios de lo que fue la grandeza del Perú. Sobre este
espacio Mabel Franzone se pregunta si el enorme cambio producido,
las pérdidas de « altos lugares » o lugares de culto, como
montañas o ríos, ha arrastrado quiebres en lo imaginario colectivo
o individual, así como en el « paisaje interior » de los cuerpos
biológicos. Al vaciamiento del espacio le sigue el surgimiento
de nuevas clases sociales, los nuevos pobres, los nuevos bárbaros.
Paralela a la ruptura espacial constata la ruptura epistemológica
entre la modernidad y la postmodernidad, con la base de una
filosofia pragmática que destaca la necesidad de una epistemología
del Sur. Fabien Brial en « Tourisme International et prostitution
féminine : le cas de Nosy Bé (Madagascar) » trata un tema
que nos concierne a todos, el de la prostitución directamente
relacionada al desarrollo del turismo, pues ésta se vuelve
un criterio decisivo en la elección de ciertos viajes. Al
mismo tiempo surge un cambio del espacio por la construcción
de grandes hoteles, el cierre de fábricas, la pérdida de ciertos
lugares ahora destinados a los turistas y arrastrando no sólo
el encarecimiento de la vida sino también el aumento de la
prostitucion. Brial nos obliga a preguntarnos si el turismo
no se volvió una neo-colonización.
4. Respuestas
Autores sureños han adelantado ciertos tipos de respuestas
desde el mundo del pensamiento, que instrumentarían otras
más concretas, como el desarrollo de una práctica solidaria
y comunitaria, o como aquella que responde a la categoría
de universal global de los grandes aparatos teóricos de la
Modernidad, con una categoría de universal situado, dentro
de una perspectiva holística. Esas « respuestas » se verán
reflejadas en las contribuciones recibidas sobre las sociedades
andinas, ya sea de análisis de textos, de leyendas o del análisis
de un espacio y una sociedad particulares (una pequeña comuna
de Argentina), de las que surge netamente otra forma vivir,
de concebir el mundo, los otros y la naturaleza. Esta « visión
del Mundo » corresponde a la estabilidad de su imaginario
mítico, imaginario arraigado en profundas estructuras. Bajo
dos principios, el de reciprocidad y el de complementariedad,
se resume la cosmovisión andina. Reciprocidad quiere decir
que todo esta en relación con todo y que yo influyo en el
otro como él influye en mí ; complementariedad, se define
como la unión de contrarios necesaria a la vida. Estos dos
conceptos son una respuesta plausible para hacer frente a
las crisis y si bien existen desde milenios, sólo han quedado
circunscriptos a las sociedades tradicionales, tanto en su
modo « imaginario » como en sus prácticas cotidianas. Los
autores de colaboraciones sobre el mundo andino son Beatriz
Vargas, Ana Rovaletti Lagos, Florencia Angulo y Alfredo Alberdi
Vallejo.
Desde la poesía, Sergio Mansilla Torres hace una lectura comparativa
de dos autores chilenos, uno de origen indígena, Jaime Huenún
y una poeta de origen alemán, Delia Domínguez. Sus obras son
concebidas como respuestas/propuestas estéticas locales al
desafío de construir modernidad literaria desde y con una
territorialidad local. A pesar de sus orígenes distintos,
los dos proyectan una emocionalidad que mueve hacia el comunitarismo,
hacia la fraternidad, elementos superadores que resuelven
una tensión disgregadora.
Desde el lado del arte, la restitución de lo imaginario que
se opera por medio de la creación de mundos virtuales es mostrada
por Ana Claudia García en « Visibilidad y miradas. Reflexiones
acerca de los procesos de tecnologización en la era informacional
y su impacto en el imaginario ». Allí tratara la irrupción
de la tecnología en el campo del arte latinoamericano- tomando
como eje la videografía- y sus formas de apropiación y de
reinvención. Las diferentes prácticas ponen en cuestión el
régimen de visibilidad convirtiéndose en un asedio que a su
vez hace temblar el aparato conceptual y el sistema de representación
del Arte. Andrea Elías en « Diversidad e identidad. El paisaje
fotográfico en el arte contemporáneo de América Latina » analiza
el trabajo de artistas de Nuevo México y Argentina como el
cruce fecundo que replantea la dicotomía naturaleza/cultura,
el nacimiento de una nueva subjetividad « excéntrica », de
tiempos dilatados, de geografias nómadas, de arte en movimiento,
como lo son las experiencias. Una y otra práctica artística
permiten palpar la restitución de tiempo y de espacio propia
a lo imaginario, situándola dentro de una teoría crítica del
Arte, una de las Críticas más innovadoras actualmente en América
Latina.
Esta vez desde la Geopolítica y tomando otros dos países de
frontera con el Norte, México y Marruecos, Philippe Sierra
en « Répondre aux Suds : imaginaires et défis geopolitiques
aux frontières du Nord » rinde cuenta de la división norte-sur
al interior mismo de los dos países y de la formulación de
nuevos discursos sobre el desarrollo durable e integrado,
que respetaría las poblaciones locales. Sin embargo se trata
de una reconstrucción de la visión de un Sur « global » que
va al encuentro de representativos movimientos sociales (Neozapatistas
de Chiapas y Movimiento Independentista Sahraoui) los que
proponen un contra-modelo de desarrollo, con la solidaridad
como valor fundamental, valor antiguo, heredado de « otro
» Sur.
El sistema de representación del Sur visto por el Norte está
puesto en cuestión, y si bien esto no es nuevo, lo nuevo es
que se acelera y se acentúa por los procesos brutales de la
globalización. Si entendemos un polo como dirección de fuerzas
y no como punto geográfico, diremos que el Sur pone sus fuerzas
en el Sur y que tal vez otro sur será dibujado por sus hombres,
pues el principio de esperanza propio a lo imaginario se presenta
cargado de valores de comunitarismo y solidaridad.
Agradecemos la colaboración de los autores de este número
y a la revista m@gm@ por su recepción.
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